El sábado 3 por la mañana nos dirigimos a Ixcatán "Lugar donde abunda el algodón" en lengua náhuatl. Después de la espera, tomamos la carretera federal no. 54 que va a Saltillo, observando cómo abruptamente cambia el paisaje urbano al natural de la barranca del Río Santiago, que aún con la contaminación de hoy en día, sigue siendo majestuosa y realmente impresionante.
Al llegar a este poblado, nos recibió el sr. José Quiroz y su familia, quienes cambiaron su rutina citadina por la apacible vida pueblerina, y ¡vaya que les ha favorecido! deben probar las empanadas de cocuixtle y de leche que preparan, exclusivas con los huevos de gallina de su granja.
Después del refrigerio, nos dirigimos a la plaza principal, donde destaca el templo dedicado a San Francisco, una joya arquitectónica terminada en 1726.
Animados por la caminata, regresamos para conocer la granja avícola de la familia Quiroz, y para comer guamúchiles, naranjas y cocuixtle recién cortados, ¡aguas con la escaldada! Esto nos abrió el apetito y decidimos comer.
Más tarde, después de la amena plática con don José, partimos para la Soledad, a conocer el río. En esta ocasión no nos fue posible conocer los géisers, deseamos que los dueños de esta propiedad permitan el paso para apreciar este fenómeno natural.
Partimos de regreso a la gran ciudad, con este aprendizaje y recuerdos de Ixcatán... Hasta la próxima.
Al llegar a este poblado, nos recibió el sr. José Quiroz y su familia, quienes cambiaron su rutina citadina por la apacible vida pueblerina, y ¡vaya que les ha favorecido! deben probar las empanadas de cocuixtle y de leche que preparan, exclusivas con los huevos de gallina de su granja.
Después del refrigerio, nos dirigimos a la plaza principal, donde destaca el templo dedicado a San Francisco, una joya arquitectónica terminada en 1726.
Animados por la caminata, regresamos para conocer la granja avícola de la familia Quiroz, y para comer guamúchiles, naranjas y cocuixtle recién cortados, ¡aguas con la escaldada! Esto nos abrió el apetito y decidimos comer.
Más tarde, después de la amena plática con don José, partimos para la Soledad, a conocer el río. En esta ocasión no nos fue posible conocer los géisers, deseamos que los dueños de esta propiedad permitan el paso para apreciar este fenómeno natural.
Partimos de regreso a la gran ciudad, con este aprendizaje y recuerdos de Ixcatán... Hasta la próxima.
1 comentario:
Hola, soy un aventurero que le gusta viajar a los pueblitos de Jalisco. ¿Qué temporada me recomendarías para visitar Ixcatán?
Saludos a todos
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